La piel es producto de un proceso de adaptación de la especie humana gracias a la cual somos capaces de vivir en la tierra. Si no tuviéramos la piel no tendríamos protección contra los agentes externos y nuestros órganos más internos estarían expuestos. Además tampoco seríamos capaces de retener el agua que es fundamental para todos los procesos de nuestro organismo; y sin la piel simplemente el agua se evaporaría.
Y la piel resulta tan impermeable debido a una capa muy superficial que es el estrato córneo. El estrato córneo está formado por unas células que inicialmente estaban en la parte más profunda de la piel (queratinocitos) pero que van cambiando y se van haciendo más superficiales. Pierden su núcleo y se disponen en una forma muy particular, en forma de barrera. Entre ellas se disponen lípidos especializados (ácidos grasos, ceramidas y colesterol) que también se organizan en esta barrera.
La piel se mantiene hidratada gracias a la habilidad de unir y retener agua en este estrato. Esto se produce por moléculas que son 50% aminoácidos y 50% sales como lactato y urea. La filagrina es una proteína producida por los queratinocitos y que se degrada en aminoácidos dentro de los corneocitos.
Las células envejecidas simplemente se desprenden porque unas enzimas rompen sus uniones. Si la piel no se puede descamar adecuadamente se producen algunas enfermedades de la piel (ictiosis).
La piel también nos protege del sol por varios mecanismos: por la barrera de melanina, por las proteínas del estrato córneo, por los antioxidantes presentes en el estrato córneo y por las propiedades reflactantes de la piel.
La exposición diaria a limpiezas con sustancias agresivas, altera las proteínas y lípidos especialmente durante los meses de más frío, alterando esta barrera y haciéndola más débil. Lo que se traduce en una piel con menor capacidad de retener agua y más seca (como vemos en los climas fríos o en los meses de invierno).
Los compuestos hidratantes no necesariamente penetran la piel, pero forman una capa por encima de ella capaz de retener agua y dar el efecto de hidratación; como por ejemplo el glicerol, presente en muchas cremas de cosmetología.
Los ingredientes bioactivos deben penetrar la piel para ejercer su función y alterar la biología de la piel, como son las sustancias cosmecéuticas. Producto de la ingeniería, se intenta aportar estos compuestos profundos a la piel, capaces de penetrar el estrato córneo impermeable, como liposomas, nanopartículas, microesferas, etc. Esto es más fácil si de forma mecánica rompemos esta barrera, a través de mesoterapia, microneedles, láseres, etc, procedimientos que son parte de nuestros tratamientos en Medicina Estética